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Mollejas

Metidos de lleno en el verano pensamos que quizás os apetezcan platos fríos, más típicos  de esta época de año, como la ensaladilla rusa o el salmorejo, por poner algún ejemplo.

Sin embargo algunos de vosotros nos habéis sorprendido con la petición, tanto en tapa como de ración, de mollejas guisadas que siempre tenemos en carta pero que en este tiempo pensábamos que íbamos a vender menos.

Pues como nos hemos dado cuenta de que este plato os encanta en invierno y en verano hoy os vamos a enseñar como las preparamos. Os adelantamos que limpiarlas es una de las claves para que salgan ricas y es un trabajo bastante laborioso, por eso, aunque os atreváis a hacerlas, nosotros os las seguiremos preparando con el cariño que nos caracteriza.

MOLLEJAS GUISADAS.

Para 4 personas.

INGREDIENTES:

  • 1 kg de mollejas de….
  • 50 g de tocino.
  • Media cebolla.
  • 1 zanahoria.
  • 200 ml de caldo de carne.
  • 150 ml de vino de jerez.
  • 1 diente de ajo.
  • Sal.
  • Pimienta molida.
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • 50 gr de tomate frito.

PREPARACIÓN:

  • Como os hemos dicho anteriormente, lo más importante para que las mollejas tengan buena textura y sabor es limpiarlas muy bien, con tranquilidad, sacando la sangre y la telilla que las recubre. Es un trabajo laborioso pero imprescindible.
  • Una vez limpias las pasamos por agua fría y las echamos a cocer en una cazuela con agua y una pizca de sal durante 10 minutos.
  • Una vez hecha esta primera cocción, las escurrimos bien y las marcamos por las dos partes en una sartén, con un chorrito de aceite de oliva, a buena temperatura.
  • En el mismo aceite rehogamos la cebolla, la zanahoria, el ajo y el tocino, todo picado finito.
  • En la cazuela añadimos nuestro sofrito y el vino. Cuando comience a cocer añadiremos las mollejas previamente marcadas.
  • Bajamos el fuego, y echamos el caldo de carne y el tomate frito.
  • Dejamos cocer todo durante al menos media hora hasta que las mollejas queden tiernas y el líquido se haya reducido.

 

Lo ideal ahora que están hechas es que, una vez que se enfríen, las dejéis reposar en la nevera durante al menos un día antes de comerlas para que adquieran todo el sabor y los aromas de nuestro sofrito.

Tanto si las servís en tapa o en ración las podéis acompañar de un tinto de Rioja que acentúe el sabor de la carne o si os apetece algo más fresquito para estos calores, también maridan muy bien con un rosado joven servido a una temperatura más fresca que la temperatura ambiente (si lo metéis en nevera conviene sacarlo media hora antes de consumirlo).

Esperamos que os gusten. Ya nos contaréis que tal os salen.