La semana pasada, uno de los últimos días de sol, sentados en nuestra terraza uno de nuestros sumilleres y yo hablábamos de la vendimia de este año y de la calidad de las cosechas para la elaboración de los vinos que consumiremos próximamente.
A veces pensamos erróneamente que una cosecha de uvas es buena si la cantidad de uva es abundante, sin embargo nosotros pensamos que una cosecha es buena, cuando la uva vendimiada sea de calidad, aunque la cantidad sea menor.
Para que una uva sea buena y genere vinos de gran calidad debe haber sido capaz de formar todas las sustancias aromáticas y de gusto de cada especie. Para ello es necesario mucho sol aunque no demasiado calor y poca lluvia. Circunstancias que se han dado este año.
Enfrascados en estas conversaciones nuestro sumiller nos sirvió una copa de vino de nuestra bodega que hace tiempo que no probaba pero que recordaba como un gran caldo y efectivamente no me defraudó, por eso hoy os quiero hablar del Conde de San Cristóbal.
Una región privilegiada, Ribera del Duero
Este vino proviene de la Ribera del Duero, concretamente de la bodega Conde de San Cristóbal, ubicada entre Peñafiel y Bocos de Duero.
A modo de curiosidad, el nombre se lo pusieron en homenaje al primer Conde, un personaje histórico vinculado a la zona del Duero y antepasado de Don Pelayo de la Mata cuyos descendientes cuentan con el Marquesado de Vargas.
En La Rioja trabajan con el sello Marqués de Vargas elaborando caldos de gran calidad de los que hablaremos, seguro, en otra ocasión. Bajo la denominación de Ribera del Duero trabajan el sello Conde de San Cristóbal.
Los viñedos
La finca, a la que se accede por un noble edificio de estilo castellano, cuenta con una orografía privilegiada. De hecho los viñedos de este pago ya producían uvas para los vinos que se servían en la corte vallisoletana del rey Felipe II, en el siglo XVI.
Cuentan con 80 hectáreas en propiedad, un extenso viñedo que desciende a lo largo del valle y que se cuida como si de un jardín se tratase. El viñedo, con más de 35 años de edad, se divide en 14 parcelas que rodean a la bodega y está compuesto por 7 tipos distintos de suelos, plantados a diferentes alturas.
San Cristobal de Marques de Vargas, El vino
Las variedades cultivadas son la Tinta fina, la Merlot y la Cabernet Sauvignon.
Las viñas se cultivan para que den rendimientos bajos, obteniendo solo botella y media por cepa. La vendimia se hace de forma manual y cada parcela se vinifica por separado para un mayor control de calidad en los vinos.
El vino
El vino que ofrecen es bastante clásico, con un agradable equilibrio y una mezcla de fruta y roble picante, ideal para acompañar caza y carne roja, que nosotros os recomendamos para maridar con uno de nuestros chuletones de Ávila, un buen solomillo de ternera avileña o una tabla de embutidos y quesos de nuestra carta.
Notas de Cata: Aroma concentrado, profundo y complejo, con base de fruta fresca y toques minerales. En boca es fresco y potente, sabroso, graso, expresivo y con un paso de boca redondo y largo. Un vino equilibrado. Muy fino, sin perder la nobleza del terruño de nuestro viñedo. Elegante potencia y con carácter.
La elaboración en la bodega
Durante la vendimia, el tiempo transcurrido desde el corte de racimo a la recepción de uva es de máximo 30 minutos, así evitamos oxidaciones y fermentaciones espontáneas. La uva, vendimiada a mano, entra al proceso de vinificación después de pasar por la mesa de selección y de un despalillado a bajas revoluciones. En depósitos de acero inoxidable se realiza inicialmente una maceración en frío a 8ºC durante un periodo de 3 a 5 días. El proceso continúa con la fermentación alcohólica a temperaturas controladas de 20 a 24ºC durante 9 a 12 días. Finalmente, el vino se somete a una maceración con “las pastas” de 15 a 20 días antes de pasar a la crianza en barricas.
Finalmente, para la crianza del vino, se utilizan barricas nuevas de roble francés.
Lo mejor es que os paséis por aquí y degustéis una buena copa de Conde de San Cristóbal.